lunes, 15 de diciembre de 2014

Lanzado al mar


Difícil no es retroceder ni revivir,
Ni meditar acerca del pasado.
Difícil es sentirte de nuevo anclado,
En esas aguas que tanto dicen de ti,
De tus firmes convicciones,
De tus sueños olvidados.

El oleaje sacude la barca
En tu inseguro paso por aleatorias aguas,
No obstante tus guías te abrazan,
Te convencen y te demuestran,
Que si algún día llega la tormenta,
Las estrellas te guiarán,
Ahí donde ellos completaron su enseñanza.

Un cimiento subterráneo resistirá la carga,
Ancianos caídos seguirán queriendo sus helados,
Personas podridas mantendrán su reencontrada sonrisa,
Los bosques proporcionarán de nuevo tanta leña,
Que arderá por siempre la hoguera, sonriendo al mar,
Y al siempre presente cielo estrellado.

He visto ya mucho, he sentido cada experiencia.
Exhausto aterrizo en el punto de partida,
Languideciendo a cada minuto que me aleja,
Pasadas quedan las horas de dar guerra.
Maltrecho y agotado,
El mar me acaricia, me susurra y me alimenta.

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